Juana Barraza Samperio "La mataviejitas"
Como luchadora se llamaba "La dama del silencio". Esta mujer fue hallada responsable de al menos 12 robos y 16 asesinatos de personas de la tercera edad cometidos entre 1990 y 2006, en la Ciudad de México. Entraba a su casa haciéndose pasar por enfermera y después los mataba y robaba. Por ello la prensa la identificó como "La Mataviejitas". Fue sentenciada a 759 años de cárcel y sigue presa en el penal de Santa Martha, donde ha reclamado su inocencia en distintas entrevistas con la prensa. Tras nueve años en prisión, en julio de 2015 contrajo matrimonio con otro interno pero un año después se divorciaron. Un dato llamaba la atención de ella: siempre vestía de rojo al cometer sus crímenes.
Juana Barraza Samperio nació a las 8:30 horas, el viernes 27 de diciembre de 1957 en el municipio de Epazoyucan, Hidalgo, México, sus padres fueron Trinidad Barraza Ávila y Justa Samperio quienes nunca se casaron, vivieron en unión libre por cuatro o cinco años. Barraza posee conocimientos de enfermería y dedicada también en algunas ocasiones a la lucha libre (bajo el seudónimo de "La Dama del Silencio") o a la venta de rosetas de maíz afuera de la arena de lucha, y supuesta adoradora de la Santa Muerte; cometió varios homicidios en el área metropolitana de la Ciudad de México desde los años 90 hasta principios del año 2006
Barraza se ha transformado en uno de los casos más interesantes dentro de la historia criminal en México, ya que durante muchos años se mantuvo la comisión de sus crímenes sin ser capturada, y por la semejanza de su modus operandi con el de famosos asesinos en serie de otros países, como Thierry Paulin.
El primer asesinato atribuido a la Mataviejitas fue cometido a fines de los años 90 aún cuando la serie de asesinatos comenzó presuntamente el 17 de noviembre de 2003. Se ha estimado que el número total de sus víctimas es de entre 42 y 48.
El 31 de marzo del 2008, el juez 67 de lo penal, con sede en Santa Martha Acatiltla le dictó sentencia de 759 años y 17 días de prisión por 17 homicidios y 12 robos cometidos en agravio de personas de la tercera edad.
Todas las víctimas de la asesina eran ancianas, quienes en su mayoría vivían solas. Las muertes eran provocadas por golpes, heridas de armas punzo cortantes o estrangulación, con robos materiales a las víctimas inmediatamente después de ser asesinadas. En cada asesinato que cometía siempre vestía de rojo. En casos aislados, se encontró evidencia de abuso sexual en las víctimas.
En el transcurso de las actividades criminales de la Mataviejitas, las autoridades policíacas fueron duramente criticadas por los medios de comunicación puesto que, todavía a finales del 2005, asumían un "sensacionalismo mediático" respecto a un asesino en serie. Asimismo, se criticó el hecho de que el asesino era buscado, tal vez inútilmente, entre las prostitutas y/o travestis de la Ciudad de México. De hecho, durante la cacería de la asesina, Bernardo Bátiz, entonces Procurador de Justicia de la Ciudad de México, había indicado que 'el Mataviejitas' era 'brillantemente listo' (creyéndose hasta ese momento que se trataba de un hombre y no de una mujer) que cometía sus crímenes después de un corto período durante el cual se ganaba la confianza de sus víctimas. Los oficiales que investigaban el modus operandi del asesino sospecharon que el o la 'mataviejitas' se presentaba ante sus víctimas como trabajador social del gobierno (enfermera), ofreciendo programas de beneficencia para personas de la tercera edad.
La búsqueda de la asesina fue complicada debido al cúmulo de evidencias contradictorias. En un punto de la investigación, la policía conjeturó que eran dos asesinos los que podrían estar implicados. También se puso singular atención en la extraña coincidencia de que por lo menos tres de las víctimas del asesino poseían una copia de una pintura del siglo XVIII, Niño en Chaleco Rojo, del artista francés Paul Cézanne. Interesantemente, antes de la captura de la presunta asesina, las autoridades mexicanas divulgaban declaraciones de testigos que señalaban que el asesino usaba ropa de mujer para acceder a los apartamentos de las víctimas. En uno de los casos, uno de los testigos observó a una “mujer grande con una blusa roja” salir del hogar de una de las mujeres asesinadas. Ello fue interesante para los criminólogos, forenses y detectives puesto que había grandes paralelos entre la mataviejitas y Thierry Paulin. Bajo ese contexto, se atribuyó al asesino (presumiblemente varón) la posibilidad de una doble personalidad. Otra observación interesante hecha por los investigadores fue la extraña coincidencia de que algunas de las víctimas de la asesina en serie eran de origen español.
El mayor avance en el caso ocurrió el 25 de enero de 2006 cuando se arrestó a una persona sospechosa huyendo del hogar de la última de las víctimas atribuidas a la asesina. La víctima, Ana María de los Reyes Alfaro, de 82 años de edad, residente de la colonia Moctezuma 1a sección en la ciudad de México, había sido estrangulada con un estetoscopio, siendo varias veces apuñalada con un cuchillo ranger militar.
Para sorpresa de muchos, que aseguraban que el asesino era hombre, la persona detenida fue Juana Barraza Samperio, de entonces 48 años. En pruebas preliminares, Barraza se asemejaba bastante a un modelo de arcilla2 que describía las características faciales del asesino: Persona de cabello tupido, teñido de color rubio y rostro de facciones duras. Al ser detenida portaba un estetoscopio, formas de solicitud de pensión para adultos mayores y una tarjeta que la identificaba como trabajadora social. Preliminarmente, la policía de la ciudad de México no pudo detenerla antes ya que no se contaba con huellas dactilares completas que pudieran dar la identidad de la asesina, en las escenas del crimen no se encontraban completas sino solo fragmentos de ellas, por lo cual no se podía tener una prueba para detener a alguien.
Se dice que, al momento de ser capturada, la presunta asesina confesó haber asesinado a la anciana, Ana María de los Reyes Alfaro y a otras tres mujeres, pero negó estar implicada en el resto de los asesinatos. Ella comentó a los reporteros que había visitado la casa de Ana María de los Reyes Alfaro en búsqueda de trabajo como lavandera. "Ustedes sabrán por qué lo hice cuando lo lean de mi declaración ministerial" finalizó Barraza Samperio.
A través de entrevistas realizadas a la detenida por la Dra. Feggy Ostrosky-Solís, directora del Laboratorio de Neuropsicología y Psicofisiológica de la Facultad de Psicología de la UNAM, le practicó estudios a Juana Barranza alias "la Mataviejitas", se conoció que parte de su conducta criminal venía a ser un reflejo de la violación que sufrió durante su niñez; Justa Samperio, la madre de la Mataviejitas era una alcohólica y en una reunión con otras personas, la madre de la Mataviejitas accedió a que tres hombres tuvieran acceso carnal con la menor a cambio de unas cervezas. Es entonces que producto de este trauma (el que fue más adelante agrandado, cuando el hijo mayor de Juana, José Enrique Lugo Barraza, es asesinado por una pandilla en plena calle a los veinticuatro años de edad), la Mataviejitas acarrea un gran problema psicológico que de un momento a otro en su vida es resaltado en el primer homicidio que realiza, donde sobre la base de lo manifestado por Barraza cada parte de sus acciones en el homicidio son un reflejo condicionado por el trauma vivido en su niñez.
En 2006, el escritor Víctor Ronquillo publicó el libro Ruda de corazón: el blues de la Mataviejitas, el cual es un reportaje novelado que narra los asesinatos de Juana Barraza Samperio, la obra es el resultado de una investigación biográfica que llevó a cabo el autor sobre esta asesina serial.
En 2007, el caso fue llevado con modificaciones a la pantalla chica en el capítulo "El buen samaritano" de la primera temporada de la serie mexicana Capadocia de la cadena HBO, la mataviejitas fue interpretada por la actriz Norma Angélica.
En 2010 en la tercera temporada de la serie de televisión mexicana Mujeres asesinas, existe un episodio recreando el caso de Juana Barraza Sampeiro, titulado: Maggie, pensionada donde "Juana" fue interpretada por la actriz Leticia Perdigón.
El programa de Silvia Pinal Mujer, Casos de la Vida Real, recreó 2 casos ocurridos durante el tiempo en el que el programa estaba al aire y ocurrían los asesinatos.
perfil psicologico
Sexo: Femenino
Edad: 49 años
Fecha de nacimiento: 27 de diciembre de 1958
Lugar de nacimiento: Pachuca, Hidalgo
Estado Civil: Soltera
Hijos: Cuatro
Su padre abandona a la madre de Juana B. el día en que ella nació, llevándose con él, al hermano mayor de ella.
Su madre Justa Samperio era prostituta y alcohólica por lo cual descuidaba a su familia, su única figura paterna era su padrastro Gerardo Hernández, quien se ausentaba con frecuencia.
Tenía dos hermanastros, quienes tuvo que cuidar, también tuvo que hacerse cargo de las labores del hogar sin posibilidades de estudiar.
Durante su infancia se le impidió socializar, salir de casa, no tuvo juguetes ni amigos, su madre la agredía física y psicológicamente. Solo su padrastro genera en ella un recuerdo de protección.
Su madre la cambia por tres cervezas a José Lugo, un hombre que la tuvo desde los 12 hasta los 17años, casi todo el tiempo con las piernas amarradas en la cama para que las tuviera inmovilizadas y este hombre la pudiera violar reiteradamente, la embarazo, tuvo un aborto a los 13 años.
En sus relaciones padeció de engaño, violencia y abandono, por lo que decidió vivir de forma independiente con sus cuatro hijos. El mayor murió a los 24 años durante una riña callejera.
Posee conocimientos en enfermería y supuesta adoradora de la santa muerte.
Es admiradora de la lucha libre y la práctica haciéndose llamar “La dama del silencio” argumentando que es muy callada; en una de esas peleas se cae y se lastima su columna, por lo cual su médico le menciona que si vuelve a luchar quedaría parapléjica, razón por lo cual ella deja de practicarla.
Juana B. es una persona introvertida, una madre atenta y responsable, buscando en todo momento como llevar ingresos a sus hijos.
Por toda su historia de vida, de la violencia que recibió en su niñez, conformando cierto trastorno y en ese momento al no tener una forma de obtener ingresos y también de sublimar, es que comienzan haber asesinatos parecidos, puesto que todas eran ancianas que vivían solas, muertas por asfixia, y en algunas ocasiones llegaba a robar las pertenencias de la víctima.
Se hacía pasar por una enfermera o trabajadora social, que ayudaba a gestionar una pensión a las mujeres mayores o les ofrecía sus servicios de ayuda doméstica. Prefería operar los días martes o miércoles, vestida de rojo, en el domicilio de las señoras, una vez que se ganaba su confianza, las ejecutaba a sangre fría, las muertes eran provocadas por estrangulación. En casos aislados, se encontró evidencia de abuso sexual en las victimas.
En uno de los crímenes se encontró una toalla sanitaria, la cual posiblemente era de la victimaria, el periodo menstrual para algunas mujeres significa malestar, por lo cual algunas lo desfogan con agresividad hacia otras personas. Los investigadores se dan cuenta por las fechas que esto se está dando dentro de su periodo menstrual, lo cual empieza a desatar su necesidad de seguir matando.
El robo no fue siempre el móvil del crimen, y se llega a la conclusión de que el resentimiento que cargo en contra de su madre, lo desahogo en la figura de las ancianas que mato.
Se menciona que una vez que fue capturada, no mostro remordimientos por los asesinatos cometidos.
Después de la detención de Juana B. le realizaron una serie de estudios psicológicos. Le pusieron varias imágenes para registrar la variación sensorial de Juana B. mostrando pequeñas variaciones entre imágenes desagradables, agradables y neutras.
Feggy Ostrosky-Solis explico: “Juana B. suele mentir, pues aunque la medición de sus ondas cerebrales reflejaban poca sensibilidad ante la serie de imágenes que le mostraron, ella mencionaba lo contrario. Le enseñamos la imagen de un bote de basura que a la mayoría de las personas no les representa ningún sentimiento; pero ella decía que sentía algo agradable y al observar a una mujer a la que iban asesinar, sus ondas cerebrales casi eran muy similares a las anteriores. Durante las sesiones mostro una leve sonrisa, la misma que tuvo después de su captura, cuando mostró a los Policías Judiciales la manera en que asesinaba a sus víctimas”
Tiene problemas con el manejo de su propio nivel de capacidad de culpa y con la identidad femenina. Además se encontró que tenía una disfunción en el lóbulo frontal (Este se encarga de la área motora y centros de lenguaje. Planeación, secuenciar, imaginación, se integra toda la información para darle significado).
Es considerada como una asesina serial, puesto que lo anterior es una persona que mata por lo menos a tres personas con intervalo de tiempo entre los asesinatos, el asesino serial en general usa sus manos o armas blancas, no utiliza armas de poder.
Ella negó todos los crímenes, a excepción del último. Fue sentenciada a 759 años de prisión y una multa de cien mil 453 pesos, por la responsabilidad de 16 mujeres de la tercera edad, y 12 robos calificados. Se cree que mató a más de 40 ancianas entre 1999 a 2006.
Posible diagnóstico
TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD
Este patrón también ha sido denominado Psicopatía, Sociopatía. Puesto que el engaño y la manipulación son características centrales del Trastorno Antisocial de la Personalidad.
Hay una transgresión a la ley y de echo la disfruta, no se apegan a las normas de convicción social, son impulsivos, irresponsables, agresivos, irritables, toleran mal la frustración, explotan a otros para obtener beneficios materiales, no les preocupa la seguridad de los demás, a pesar de todo no sienten culpa más bien lo racionalizan y culpan a otros.
Pueden ser indiferentes o dar justificaciones superficiales por haber ofendido, maltratado o robado a alguien. Hay una falta de empatía, engreimiento y encanto superficial.
Pueden ser indiferentes o dar justificaciones superficiales por haber ofendido, maltratado o robado a alguien. Hay una falta de empatía, engreimiento y encanto superficial.
Pueden tener un concepto de sí mismos arrogante, tercos, mostrar labia, encanto superficial, ser volubles y de verbo fácil. Pueden experimentar disforia, incapacidad para tolerar el aburrimiento.
De forma asociada se puede encontrar Trastornos de Ansiedad, Trastornos Depresivos, Trastornos Relacionados con Sustancias, Trastorno de Somatización, Juego Patológico y otros Trastornos de Control de Impulso.
Frecuentemente tienen rasgos de personalidad que cumplen los criterios para otros Trastornos de Personalidad, en especial los Trastornos Límite, Histriónico y Narcisista.
Frecuentemente tienen rasgos de personalidad que cumplen los criterios para otros Trastornos de Personalidad, en especial los Trastornos Límite, Histriónico y Narcisista.
Existen pruebas de un Trastorno Disocial que comienza a la edad de los 15 años y ahora el sujeto tiene 18 años o más.
El Trastorno Antisocial de la Personalidad y Trastorno Narcisista de la Personalidad comparten la tendencia de ser duros, poco sinceros, superficiales, explotadores, poco empáticos.
Sin embargo el Trastorno Narcisista de la Personalidad no incluye características de impulsividad, agresión, engaño y una historia de Trastorno Disocial en la infancia o de comportamiento delictivo en la edad adulta
Los sujetos con Trastorno Antisocial de la Personalidad pueden no estar tan necesitados de despertar admiración y envidia en los demás.
El Trastorno Antisocial de la Personalidad y Trastorno Histriónico de la Personalidad comparten una tendencia a ser impulsivos, superficiales, buscadores de sensaciones, imprudentes, seductores y manipuladores; pero las personas con Trastorno Histriónico de la Personalidad tienden a ser más exageradas en sus emociones y no se suelen involucrar en comportamientos Antisociales.
Los sujetos con Trastorno Antisocial de la Personalidad tienden a ser menos inestables emocionalmente y más agresivos que los que presentan un Trastorno Límite de la Personalidad
Criterios para el diagnóstico de Trastorno Antisocial de la Personalidad
A. Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se presenta desde la edad de 15 años, como lo indican tres ( o más) de los siguientes ítems:
1. Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal, como lo indica el perpetrar repetidamente actos que son motivos de detención
2. Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para obtener un beneficio personal o por placer
3. Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro
4. Irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones
5. Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás
6. Irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas
7. Falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación de haber dañado, maltratado o robado a otros
B. El sujeto tiene al menos 18 años
C. Existen pruebas de un Trastorno Disocial, que comienza antes de la edad de 15 años
D. El comportamiento Antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una Esquizofrenia o un Episodio Maníaco.
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